Puede reclamar cualquier persona independientemente de su nacionalidad o zona de residencia que adquiera productos o servicios para su uso personal o familiar.
Una reclamación debe ser siempre de un consumidor o usuario frente a un empresario. No es suficiente que las partes en conflicto tengan el carácter de empresario por un lado y de consumidor o usuario por otro, si no que el conflicto derive de una relación de consumo, es decir, que se produzca cuando un consumidor acude a un empresario para la obtención de un bien o servicio porque es el objeto de su empresas. Partiendo de lo anterior, es cuando por un consumidor o usuario se puede presentar una reclamación o denuncia frente a un empresario.